Tu que eres padre
Tu que eres padre, considera el valor de lo que se te ha confiado; al ser que has producido tienes el deber de sostenerlo.
También depende de ti el que resulte una bendición o una maldición para ti mismo; un miembro útil o sin valor para la comunidad.
Desde temprano, prepáralo con la instrucción y sazona su mente con máximas de verdad.
Observa sus inclinaciones, enderézalo en su juventud y no permitas que los malos hábitos se afirmen al correr de sus años.
Así crecerá como el cedro de las montañas: su cima podrá verse sobre los árboles del bosque.
Un mal hijo es un reproche a su padre, pero el que proceda bien es una honra para sus cabellos blancos.
El terreno es tuyo, no lo dejes sin cultivo; la semilla que siembres, esa misma cosecharás.
Enséñale obediencia y él te bendecirá; enséñale modestia y él no te avergonzará.
Enséñale gratitud y recibirá beneficios; enséñale la caridad y alcanzará el amor.
Enséñale templanza y tendrá salud; enséñale prudencia y la fortuna acudirá a él.
Enséñale justicia y será honrado por el mundo; enséñale sinceridad y su propio corazón no lo reprochará.
Enséñale diligencia y su fortuna crecerá; enséñale benevolencia y su mente será enaltecida.
Enséñale la ciencia y su vida será útil; enséñale religión y su muerte será feliz.
Aunque yo ya no tengo a mi padre ni a mis abuelos, aún tengo al padre de mis hijas, a quién agradezco por ser un papá justo, amoroso y benevolente.
A todos los padres del mundo les deseo éxitos,mucha salud y amor.
Hasta siempre.